La seguridad alimentaria, eje del desarrollo

La seguridad alimentaria es uno de los pilares  fundamentales para el desarrollo de las comunidades más empobrecidas. La crisis de los precios de los alimentos durante el 2007 y 2008 y la crisis financiera que azota al mundo desde 2009 han empeorado la situación y se han encarecido productos de primera necesidad como el trigo, el aceite, el azúcar o el maíz. Actualmente se habla de mil millones de personas que pasan hambre en el mundo (sobre todo en África y en el Magreb), una sexta parte de la humanidad.

Artículo publicado en la revista Enfermería Facultativa, del Consejo General de Enfermería de España.

Maquetado por el departamento de prensa del Consejo.

 La seguridad alimentaria

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Photo de Jeremy Weate en Flickr

23F Madrid

Reportaje fotográfico de la jornada del 23F  2013 en Madrid.

Reportatge fotogràfic de 23F 2013 a Madrid.

Demonstrations in Madrid, 23rd February 2013.

El 23 de febrero, miles de manifestantes españoles salieron a la calle para protestar contra los recortes del gobierno. En más de 50 ciudades españolas, los distintos colectivos, indignados por el comportamiento de las autoridades,  las instituciones, los representantes políticos y la banca, alzaron su voz para hacerse oír. En Madrid, la jornada terminó con más de 40 detenidos, altercados, violencia y brutalidad policial hacia los manifestantes.

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La culpa no fue del cha cha cha, fue de los mercados financieros

Los mercados financieros. Definición, tipos e importancia en el sistema económico internacional


En este artículo se pretende hacer una aproximación a los mercados financieros internacionales y las implicaciones que tienen en las economías y las políticas económicas nacionales. Los mercados financieros actúan como sistemas de provisión de recursos, es decir, otorgan recursos para financiar el gasto de distintos agentes económicos (para que se puedan llevar a cabo operaciones económicas y de inversión). Lo hacen mediante dos maneras: a través de los créditos o préstamos[1] y a través del capital[2]. Actualmente, por la situación de crisis global que azota el mundo, se está dando un sistema de financiación deficiente.

Los mercados financieros de capital son una parte del sistema financiero, que es una conjunto de instituciones[3] que tienen como función generar crédito y capital y proveerlos a aquellos agentes que lo necesitan.

Los mercados financieros, tal y como se ha apuntado anteriormente, pueden ser de dos tipos: mercados crediticios o mercados de capital

Los mercados crediticios

Son los bancos. El ahorro se  transforma en crédito y el usuario actúa tan sólo como depositante, a diferencia de los inversores de los mercados de capital. Estos últimos compran directamente productos de capital, son intermediarios y mediante una acción diercta.

Los mercados de capital

Son instituciones que permiten a las empresas obtener capital para subsanar determinadas necesidades de inversión. La ventaja que presentan estos mercados es que no es necesario devolver el dinero. El inconveniente es que tiene como consecuencia la aparición de otro socio en el mercado participante del dividendo. A los mercados de capital tan sólo tienen acceso aquellas empresas que cotizan en Bolsa (sociedades anónimas), por lo cual suelen ser empresas con gran solvencia y fiabilidad económica.

En el sistema Bretton-Woods, cada economía nacional tenía su propio sistema financiero y los movimientos de capital estaban controlados. No obstante, en los países con escasa capacidad de ahorro el crecimiento quedaba limitado. De este modo, algunos países quedaban fuera del sistema (mayormente los países de África Subsahariana) y otros salían excelentemente beneficiados, como los países emergentes (Tigres asiáticos, Brasil, México…), ya que atraían la financiación. En los países desarrollados, el sistema Bretton-Woods tuvo un impacto muy desigual. El objetivo, no obstante era el de salvaguardar las economías nacionales y combinar el liberalismo del sistema de comercio internacional y una fuerte regulación nacional de las finanzas.

El sistema Bretton-Woods[4] rediseñó el mundo financiero, pero a partir de los 60-70, la segunda globalización empezó a cambiar el panorama económico. En los años 70, a causa de la crisis del petróleo, se revisan las teorías Keynesianas (Estado del Bienestar) y se empiezan a desregular los mercados. Se asiste a una nueva etapa de la globalización[5] financiera.

Los mercados financieros internacionales de capital: TIPOS

Existen tres grandes tipos de mercados internacionales de capital: los Euromercados, los mercados bursátiles y los mercados de capital.

Euromercados

Las características de los Euromercados son las siguientes:

  • Operan exclusivamente con divisas fuertes.
  • Son mercados mayoristas, tienen acceso a ellos las grandes empresas multinacionales, los estados nacionales, los bancos de inversión y los grandes patrimonios (estos últimos sólo ocasionalmente).
  • Los que mueven más recursos son los mercados interbancarios.
  • Son operados por agentes. Los agentes más activos (inyectores de recursos), en este caso, son: los países emergentes, los petrodólares, Japón, Alemania y las gestoras de planes de pensión Norteamericanas.
  • Facturación de volúmenes multimillonarios de recursos a bajo coste (bajos costes de transformación), lo que produce que las ganancias sean muy altas y el coste, mínimo.
  • Son mercados muy flexibles, innovadores y creativos: adaptan los productos a la demanda, puesto que son capaces de cambiar los atributos del producto y los procedimientos rápidamente. Esto, sin embargo, supone una serie de riesgos, ya que se puede volver en contra de los inversores y las economías nacionales.
  • Su comportamiento, desregulado, conlleva un enorme riesgo sistémico y condiciona decisivamente a las economías nacionales.

Existen cuatro tipos de Euromercados: interbancarios nacionales, de préstamo sindicado, eurobonos y euronotas.

Bolsas o mercados bursátiles

Este mercado nació con el comercio de bienes y servicios y en los últimos años ha experimentado muchos cambios. Durante el s.XX, las Bolsas se han constituido como las grandes instituciones de la economía financiera. Son mercados internacionalizados e interconectados de diversas maneras. Son mercados secundarios, es decir, no se colocan activos financieros nuevos (se compran y venden activos ya generados con anterioridad). En las Bolsas se vende cualquier tipo de valor, no obstante, actualmente, con la crisis económica, están bastante cerradas. La Bolsa es un mercado privado, manipulable, volátil, jerárquico, multivariante, complejo, inestable, sensible, especulativo y muy sujeto a efectos de contagio[6] que provoca la pérdida de la autonomía de los gobiernos y la soberanía económica de los estados a causa de su gran impacto desestabilizador.

Las funciones fundamentales de los mercados bursátiles son:

–          Valorar los activos y el patrimonio, es decir tasar el valor de las empresas y el de sus acciones

–          Proveer liquidez mediante la transformación de títulos y activos financieros

–          Facilitar estrategias de inversión financiera

–          Facilitar información económica

Mercados de derivados

Estos mercados transforman un activo financiero (subyacente) en un activo con nuevas características (derivado). Cuando cambian los atributos fundamentales del subyacente es cuando sube el valor del activo, muy difícil de evaluar y por lo tanto, muy opaco. Tal y como pasa con el mercado bursátil, nacen con la globalización y, a causa de la crisis global, están muy poco activos actualmente.

Existen tres tipos de mercados de derivados: los mercados de Swaps, los mercados de futuros financieros y los mercados de opciones. Estos tres tipos de mercados cambian la concepción del riesgo, lo cual ha tenido consecuencias muy graves que han agravado la crisis económica actual.

Mercados de Swaps

También llamados permuta financiera. Tienen como primer objetivo reducir los riesgos de un activo (generado en las Bolsas o en los Euromercados) y como segundo, el de abaratar los costes.  Los swaps más habituales son los de intereses y los de divisas. Este tipo de mercado es muy novedoso, y sólo tiene sentido en un contexto de economía internacional. Los bancos imponen los swaps, no obstante, estos mercados están articulados por operadores situados en las grandes cities que actúan como intermediarios.

Estos mercados permiten reducir la incertidumbre de las empresas y los costes de financiación. También cambian la calificación de los distintos riesgos, es decir cambian el valor de la propia empresa. Si hay un adjetivo que caracteriza los mercados de swaps es el de opaco. Si bien es cierto que interrelacionan la economía, (casi todas las grandes empresas del mundo están interconectadas mediante este sistema), también es cierto que causan grandes riesgos sistémicos subyacentes que pueden poner en jaque toda la economía, tal y como ha pasado con la crisis actual.

Mercados de futuros financieros

Como los anteriores, estos también son mercados muy novedosos y aparecieron durante la última etapa de la globalización, a finales de los años 80. Son mercados en los que se garantiza la provisión de una adquisición futura a un precio estable. Permiten comprar financiación para periodos futuros a un precio determinado para cubrir necesidades de financiación futura. Además de comprar financiación, también se permite la compra de divisas, tipos de interés o variaciones de la Bolsa (para que las empresas no corran el riesgo procedente de la variación bursátil). En un principio, se pensaba que estos mercados eran seguros, pero la crisis global actual ha demostrado que no lo son.

Mercados de opciones

Una opción es parecida a un futuro, pero con opciones de renuncia a la compra, bajo la condición del pago de una comisión más alta. Si en el momento, el usuario no decide comprar el producto por el motivo que sea, debe pagar una penalización. El problema de esos mercados es que se pueden venir abajo masivamente, tal y como pasa con los mercados de futuros.

El rol de los mercados financieros en la economía internacional

Los principales problemas de estos mercados son su inestabilidad, su alto riesgo sistémico y su descontrol. En palabras del economista y catedrático Moral Santín: «las transformaciones (del mercado financiero) han desembocado en la articulación de un mercado financiero global desregulado, inasequible al control de los gobiernos nacionales y caracterizado, entre otros rasgos, por la elevada volatilidad de los tipos de cambio, la ascendencia de los mercados de capital, los desplazamientos masivos, arrolladores e inmanejables de los flujos de capital internacional, el desarrollo de crisis financieras recurrentes y propensas a internacionalizarse, y el incremento general del riesgo sistémico» [Moral Santín, 187][7]. En otras palabras, estos tipos de mercados han anulado la eficacia de las políticas macroeconómicas nacionales y han «alterado drásticamente la arquitectura financiera internacional y su modus operandi».

El sistema de cambios de tipo flexibles, (una de las novedades de este nuevo panorama financiero internacional en la era post Bretton Woods),  no ha respondido a las expectativas esperadas. «Lo realmente grave de la volatilidad cambiaria, más allá de alentar la especulación y lo que esta implica, radica en la incertidumbre que introduce, y  en los costes y efectos adversos que tiene sobre el comercio internacional y, por extensión, sobre la actividad económica [Moral Santín, 207].

Mucho se ha estudiado sobre el impacto y el poder de los mercados financieros internacionales en las economías nacionales, sus políticas macroeconómicas y su impacto general en la economía y la configuración de esta, no obstante,  «no se dispone de evidencia suficiente y definitiva sobre el verdadero alcance e importancia de estos impactos». [Moral Santín, 207]  Al parecer, la solución para la reducción del riesgo sistémico de estos mercados pasa por encontrar un equilibrio entre la internacionalización de los mercados y su beneficio y la minimización de riesgos que suponen los movimientos especulativos. A modo de conclusión, tres son las propuestas del economista Moral Santín ante la globalización financiera: «1. reforzar el control de las autoridades monetarias sobre los circuitos de crédito bancario y no bancario a través de la generalización de las reservas exigidas; 2. establecer un sistema diferenciado de reservas exigidas en función del tipo de activos financieros, 3. establecer un impuesto sobre las transacciones financieras»: [Moral Santín, 226]

Quizás adoptando esta serie de medidas y controlando más a los especuladores financieros globales se podrían reducir los riesgos de padecer crisis económicas de gran alcance, como la que vivimos actualmente.


[1] Los préstamos no generan derechos políticos ni de propiedad y hay que devolverlos en un periodo determinado de tiempo.

[2] La aportación de capital supone la adquisición de determinados derechos de propiedad sobre los resultados.

[3] Existen dos tipos de instituciones financieras: los intermediarios financieros (bancos: instituciones que captan ahorro para transformarlo en crédito) y los mercados financieros.

[4] En los acuerdos de Bretton-Woods se establecieron una serie de reglas para las relaciones comerciales y financieras entre los países industrializados. A partir de estos acuerdos se crean el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional y se establece el dólar como moneda internacional. Estas organizaciones se volvieron operativas en 1946. Bretton Woods tenía como objetivo poner fin al proteccionismo de la primera mitad del s.XX, fruto de las dos guerras mundiales y el periodo de entreguerras. Se apuesta por el librecambismo. Según Moral Santín: «Los acuerdos lanzados en Bretton Woods se fundaron sobre la combinación de dos patrones doctrinales. Por un lado, y siguiendo la teoría Ricardiana de los beneficios generales del libre comercio, se manifestaron decididamente partidarios de la mayor liberalización posible del comercio internacional. Por otro se decantarían a favor de un estricto control de la movilidad internacional de capitales, y de un sistema de cambios fijos«. [Moral Santín, 191].

[5] Para Moral Santín, «el concepto de globalización carece, al día de hoy, de una definición unívoca y académicamente convenida, incluso en el campo particular de la economía». [Moral Santín, 188]

[6] El contagio de oleadas especulativas hace subir el precio de los activos y se forman burbujas. Por el contrario, cuando se da un contagio a la inversa, caen los precios y se producen ventas masivas e incontroladas. Estos contagios ponen en riesgo todo el sistema y pueden desencadenar crisis financieras importantes.

[7] Moral Santín, J.A. «Globalización y transformaciones financieras» ¿El fin de las políticas macroeconómicas nacionales? Zona Abierta, nº 92/93.

Un mismo modelo económico, dos resultados

El modelo de crecimiento económico de la CEPAL vs el modelo de crecimiento económico asiático

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El modelo económico de la CEPAL

El modelo cepalino es un modelo de crecimiento económico que nació con la idea de replantear  las bases del comercio internacional  y revisar las teorías ricardianas de funcionamiento de las economías internacionales en los países en vías de desarrollo. Fue desarrollado por Presbich[1].

El modelo está basado en un principio de dependencia entre centro y periferia: la industrialización originaria donde se conforman las economías industriales se basa en una división internacional del trabajo que establece dos grandes bloques:

  • Los países centrales, productores y exportadores de productos manufacturados.
  • Los países periféricos, productores y exportadores de materias primas.

Este esquema podría ser perfectamente compatible con la teoría ricardiana de la ventaja comparativa, sin embargo hay una serie de mecanismos de mercado que impiden la transformación de los países productores de materias primas en países manufactureros (lo que constituiría la situación ideal).

Una de las claves de estas relaciones asimétricas tiene su origen en el deterioro de los términos de intercambio comercial, es decir, la relación de intercambio entre productos manufacturados y materias primas. La situación ideal sería que hubiera un equilibrio entre materias primas y producto manufacturado:

Términos de intercambio comercial = materias manufacturadas/ materias primas.

No obstante, a lo largo del tiempo, se produce un deterioro en estas relaciones de intercambio, ya que los precios de los productos manufacturados  se elevan y los precios de las materias primas y los productos agropecuarios tienden a caer. Esta tendencia provoca que los países de materias primas tengan que aumentar el número de exportaciones para poder pagar el precio creciente de las importaciones. Esto se traduce en un desequilibrio que tiene como consecuencia un déficit que puede llegar a ser crónico en los países productores de materias primas. Esto se produce como efecto de la elasticidad renta de la demanda (un indicador que mide cómo cambia la demanda en relación de la renta). Con esto se deduce que, la elasticidad renta de la demanda de las manufacturas será siempre favorable a los países manufactureros (puesto que a mayor renta , más consumo de productos manufacturados). Por otra parte, esta tendencia irá en detrimento del consumo de materias primas (y es que a más renta, menos consumo de materias primas o productos agropecuarios).  Por lo tanto, el precio de las manufacturas siempre se incrementará, mientras que el precio de las materias primas decaerá. Toda esta situación provocará un agravamiento de los déficits comerciales de los países en vías de desarrollo y los condenará a una «espiral del atraso» de la que no podrán salir y se producirá una deterioro endógeno de los términos de intercambio internacionales.

Esta situación redefine la teoría del crecimiento, la teoría ricardiana del comercio internacional y las estrategias políticas económicas.

La CEPAL propone una revisión entre las economías nacionales y las internacionales y retoma los conceptos de industria naciente e industria madura.

Algunos rasgos básicos del modelo

  • Estrategias de crecimiento autocentradas. Se propone el aislamiento de los países en vías de desarrollo del comercio internacional hasta que alcancen un nivel de industrialización adecuado que los haga ser competentes en el mercado internacional. Se parte de la base de que las industrias nacientes no pueden hacer competencia a las industrias maduras.
  • Sustitución de las importaciones. En lugar de importar manufacturas, hay que apostar por la producción nacional y cerrar el mercado a las importaciones (pero no a las exportaciones).  O sólo hay que importar aquellas manufacturas estratégicas. El problema de la sustitución de importaciones es la escasa acumulación de capital originario. Es decir, ¿de dónde se obtiene el capital para invertir o cómo se adquiere una clase obrera formada para esas nuevas industrias crecientes? La propuesta es:
  • Un proceso de industrialización estatal: el estado se convierte en el principal promotor industria y aparece la industria pública, que sustituye la aportación de capital privado.
  • Creación de un sistema fiscal que transforme la renta o la capitalice.
  • Desarrollo de un mercado interior/nacional inexistente anteriormente. Basado, por supuesto en un diseño autocentrado.
  • Creación de una política de rentas expansivas, es decir, la creación de una clase obrera y una clase media con niveles de renta adecuados para el consumo de productos manufacturados. Esto se traduce en un aumento de sueldos.

 

Enrique V. Iglesias[2], en su artículo El papel del Estado y los paradigmas económicos en América Latina[3]¸ destaca las siguientes características del modelo cepalino:

  • Encuadre del paradigma en relación centro- periferia
  • Orientación del desarrollo hacia adentro
  • La importancia del desarrollo tecnológico
  • Un modelo de industrialización sustitutiva
  • Rol activo del Estado

El fracaso de la CEPAL

Este modelo rompe con las teoría del comercio internacional, como se ha comentado anteriormente, e intenta dar una respuesta eficaz a los fracasos económicos de los países en vías de desarrollo, en este caso, de América Latina. La meta es romper la espiral del atraso. Sin embargo, y a pesar de su buena base teórica, el modelo no funcionó por los enemigos exteriores del modelo, la industrialización selectiva de algunos países (y otros no) y los límites endógenos del propio modelo.  El modelo resultó ser demasiado proteccionista y se entró en una dinámica circular de aislamiento progresivo con una dinámica de costes comparativos inconsistente. El modelo se basaba en el modelo de desarrollo alemán, que en Alemania funcionó a causa de un calendario donde se iba reduciendo el proteccionismo poco a poco. Alemania, con una política económica parecida a la de la CEPAL, interiorizó la ida de un proteccionismo transitorio, no permanente, cosa que no hizo América Latina, donde el proteccionismo conllevó más proteccionismo y por ende, más aislamiento.

Iglesias destaca además, el agotamiento progresivo del modelo Latinoamericano y lo atribuye a varios factores, entre ellos, los fallos en la implementación del modelo. «Las bases fiscales fueron insuficientes, debido en gran medida a la ausencia de un auténtico pacto social y político redistributivo. El Estado fue fácilmente dominado por intereses particulares, entre otros, los de las agrupaciones o partidos políticos, grupos económicos, líderes militares, caudillos o dictadores, los cuales fortalecieron su poder político y económico por la vía del Estado. Eso explica también el carácter clientelista del empleo y de la gestión del gasto público por los regímenes autoritarios o semidemocráticos». [Iglesias, 10]

Iglesias califica los Estados del modelo cepalino de «omnipresentes, centralistas y cautivos». La inestabilidad política, las deficiencias democráticas, el rentalismo, la especulación y la corrupción tampoco ayudaron a que el modelo avanzara. Los beneficios del crecimiento inicial excluyeron a la población y esto deslegitimó al Estado. Además, no se puede olvidar la aparición de la primera crisis del petróleo en 1973 y la segunda en 1979. En el 79, el precio del petróleo aumentó, mientras que el precio de los productos básicos disminuyó de manera importante. En 1980 el modelo fracasa y América Latina se sumerge en lo que se denomina la «década perdida«, que tiene su máxima expresión en la crisis de la deuda y se traduce en:

  • Aceleración de la inflación
  • Pérdida de competitividad
  • Incremento de las distancia social entre clases
  • Destrucción de bancos centrales, ministerios de planificación e instituciones financieras y de fomento.
  • Pérdida de las perspectivas a largo plazo.

En palabras de I. Briscoe[4], «en términos macroeconómicos, la inflación, el déficit de balanza de pagos, la crisis y la fluctuación de tasas de cambio fueron los resultados comunes»[5].

Fue más tarde cuando los teóricos de la CEPAL vieron que el modelo ni funcionaba ni iba a funcionar de nuevo cuando se adoptó el Consenso de Washington, que promovía un nuevo concepto de Estado: minimalista y prescindente. «La prescindencia del Estado en la realización de las reformas hizo que estas experimentaran una pérdida generalizada de credibilidad». Para Enrique V. Iglesias, el Consenso de Washington no funcionó: «La relación del Estado con el mercado y los ciudadanos en este nuevo paradigma conllevó una baja capacidad de la administración pública para elaborar e implementar las políticas, debido en gran medida, a las crisis fiscales sufridas. Las reformas de la administración pública derivaron más en reformas fiscales que en ejercicios específicos de reorganización». [Iglesias, 11]

En la década de los noventa, con el giro hacia la democracia de la mayoría de los países Latinoamericanos, se produce una apertura al comercio internacional, se cambian las políticas fiscales (se hacen más estrictas), se produce la privatización de algunas empresas y se reducen algunos aranceles.

El modelo económico asiático

En «El papel de Asia en la economía mundial»[6], Chung Hae Wang[7] reflexiona acerca del surgimiento y crecimiento de las economías asiáticas a partir de la Segunda Guerra Mundial y destaca como elemento principal el dinamismo y la rápida industrialización como elementos fundamentales. «Una de las razones que explican este logro es que después de la Segunda Guerra Mundial , se creó un orden mundial más abierto, lo que despejó el terreno y permitió resolver los problemas de escasez de capital y tecnología a través de las importaciones. Los abundantes recursos de Asia, que antes habían obstaculizado el desarrollo, se convirtieron en la fuerza impulsora de la industrialización en la región cuando se combinaban con el capital y la tecnología de los países desarrollados» [Hae Wang,1]

El modelo de crecimiento económico asiático tiene su pieza central en la financiación de la industrialización por parte del superávit por cuenta corriente. Como hemos visto anteriormente, en el modelo cepalino el Estado tiene un papel totalizante, mientras que en el modelo asiático, el Estado adquiere un papel de promotor: su papel es promover fórmulas de industrialización basadas en la cooperación pública y privada. El objetivo del modelo económico asiático es el de conseguir una política comercial estratégica que combine la promoción de las exportaciones  con una fuerte política de protección de las importaciones. A diferencia del modelo cepalino, es un planteamiento muy abierto al comercio internacional. Esto se traduce en una dosificación selectiva de la entrada de importaciones, es decir en un comercio administrado de las importaciones y una importante promoción de las exportaciones, basadas estas últimas en la competitividad de costes.

Según el economista Moral Santín, la clave del modelo asiático está en los costes unitarios laborales relativos (el resultado que se obtiene de medir el coste laboral y la productividad), un indicador sintético central para las economías asiáticas. La competitividad se calcula en función del coste y la productividad. Este último concepto, el de productividad, cobra especial relevancia en el modelo de crecimiento económico asiático. Y es que, para mantener unos niveles de productividad adecuados, la industria deberá ser innovadora y promover una mano de obra cualificada. Asimismo, la innovación vendrá ocasionada por una competencia tanto interior como internacional que funcionará como aliciente (uno de los factores que se echa en falta en el modelo cepalino). Tal y como aseguró la Growth Comission en 2008 «el cambio estructural bajo presión competitiva es lo que propulsa el crecimiento de la productividad».  Así pues, la tensión innovadora se presenta como una característica fundamental del modelo.

El papel de Estado

En el modelo asiático el Estado actúa como un agente cooperador que fomenta fórmulas de desarrollo empresarial compartidas (iniciativas públicas y privadas). Esto fue promovido,  por ejemplo por el MITI (Ministerio de Comercio Internacional e Industria) de Japón: impulsó y coordinó políticas de microeconomía activas y planteó proyectos de industrialización donde cooperaban el sector público y el privado. Con este modelo se ponen en juego los siguientes elementos:

  • la financiación
  • la innovación y la tecnología
  • la gestión estratégica del comercio internacional

Además de articularse ciertas medidas proteccionistas pero sin dejar de lado los proyectos volcados al exterior. Los pilares centrales de este modelo son:

  • el mantenimiento de las exportaciones
  • el mantenimiento de unos costes unitarios laborales relativos competitivos
  • una promoción de la industria competitiva por parte del Estado

Para I. Briscoe, el secreto del crecimiento económico de los estados asiáticos se fundamentó en «una extraordinaria concentración asimétrica de energías nacionales hacia el crecimiento, en la cual burocracias competentes y asiladas dirigían empresas y fuerzas de trabajo hacia el beneficio y una porción de mercado aún mayor (…) además de fomentar un conjunto de políticas intervencionistas que incluyeron patentes públicas, subsidios, protección de industrias nuevas, inversión en infraestructura y un arsenal de esquemas dirigidos a ponerse a la superación de la brecha tecnológica. [Briscoe, 5]

Comentario al modelo asiático

En el informe de FRIDE, el investigador I. Brisoce destaca que el desarrollo liderado por el Estado busca, a través de la intervención, la importación, los incentivos y el terror, guiar y acelerar el proceso de la adquisición industrial. «No conlleva políticas particulares, tendiendo puentes entre la privatización forzada y la colectivización, la autarquía y la apertura. Algunas de estas políticas podrían ser defectuosas o irracionales. Otras, sin embargo, podrían tener éxito en el logro de sus objetivos dentro de un contexto particular». [Briscoe, 6]

Por último, es importante destacar, tal y como lo hace Hae Wang en su informe, la importancia de la imitación y el papel activo de los gobiernos, tal y como ya se ha comentado anteriormente: «El tiempo necesario para alcanzar el desarrollo económico se pudo acortar sustancialmente mediante la ventaja tardía de la imitación.. Otro factor importante es que los gobiernos asiáticos han desempeñado un papel activo, por ejemplo, elaborando planes y prestando apoyo para el desarrollo en vez de limitarse a dejar todo librado a la dinámica de los mercados». [Hae Wang, 2]

Conclusiones

Tal y como asegura Iglesias, «el subdesarrollo económico es mucho más complejo de lo que nos pensamos (…) hay que evitar los reducimientos o simplificaciones excesivas de la realidad que suelen acompañar la búsqueda de los paradigmas». Al parecer, el modelo asiático no fracasó porqué la burocracia trabajó de manera eficiente y no se dejó influenciar por los intereses de particulares, a diferencia de América Latina. De todos modos, el modelo asiático no siempre produjo crecimiento y beneficios, ya que en algunos países condujo a una corrupción crónica y el desastre económico, tal y como asegura Briscoe.

Dani Rodrik[8], señala que «los países en desarrollo exitosos tienden a aprender a largo plazo, a través de un proceso de prueba y error, cómo constituir instituciones que puedan incrustarse en la sociedad y en los negocios con el objeto de extraer los resultados más positivos».[9]

Sea como sea, es evidente que los países asiáticos han alcanzado un grado de industrialización que la mayoría de países latinoamericanos no han alcanzado. Asimismo, Asia, y China en concreto, se ha convertido en la locomotora mundial de la economía internacional. La crisis mundial que azota el mundo desde 2007 ha puesto en evidencia la fragilidad de las economías europeas y norteamericana y Asia se ha alzado como la gran potencia económica que domine el mundo en los próximos años. El surgimiento de los BRIC así como la preponderancia de Brasil en el Latinoamérica son factores que no deben pasar desapercibidos, así como las economías del Medio Oriente y de todos aquellos países ricos en recursos naturales, ahora tan valiosos para los países más desarrollados.


[1] Raúl, Presbich, economista argentino (1901-1986)

[2] Enrique V. Iglesias era, en el momento en que se publicó el artículo (2006), Secretario General del SEGIB (Secretaría General Iberoamericana). Es ex presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y ex secretario ejecutivo de la CEPAL.

[3] Iglesias, Enrique v. El papel del Estado y los paradigmas económicos en América Latina. Revista de la CEPAL 90. Fecha de publicación: diciembre de 2006. Última consulta: 23 de diciembre de 2012. [En línea]. Disponible en http://www.eclac.cl/cgi-bin/getProd.asp?xml=/revista/noticias/articuloCEPAL/5/27635/P27635.xml&xsl=/revista/tpl/p39f.xsl&base=/tpl/top-bottom.xslt

[4] I. Briscoe, investigador en FRIDE

[5] Briscoe, I. Persiguiendo a los tigres asiáticos: ¿Pueden los estados frágiles imitar el milagro asiático? Informe de Conferencia. Seminario en Madrid. Octubre 2008. Fecha de publicación: octubre 2008. Última consulta: 18 de diciembre de 2012. [En línea] Disponible en http://www.fride.org/publicacion/635/%C2%BFpueden-los-estados-fragiles-imitar-el-milagro-asiatico

[6] HAE WANG,Ch. El papel de Asia en la economía mundial.  Banco  Central de la República Argentina. Fecha de publicación: junio 2006. última consulta: 18 de diciembre de 2012. [En línea]. Disponible en http://www.bcra.gov.ar/pdfs/eventos/chung.pdf

[7] Hae Wang, Chung era en 2006 vicepresidente y director general del Institut for Monterrey and Economic Researcher del Banco de Corea.

[8] Economista y profesor de Economía Internacional en John F. Kennedy School of Government, Harvard University.

[9] Citado en el artículo de I. Briscoe. De: In search of Prosperity, Princeton: Princeton University Press, p.13. Fecha de publicación: 2003. [En línea] Disponible en: http://www.ssc.wisc.edu/~munia/475/MauritianMiracle.pdf

Un viaje al imperio económico y al sueño de poder de la Camorra

Cáncer. El poder político a merced del poder de los clanes. Silencio, pensado en varias dimensiones, muecas, clandestinidad y secreto. La redefinición del concepto de coraje. Gestión ilegal de residuos (y gestión de residuos ilegales), tráfico de armas y drogas, extracción ilegal de capitales, delitos ecológicos, talleres clandestinos de imitaciones textiles y de electrodomésticos, de todo, blanqueo de dinero y negocios de construcción, pública y privada.

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Ocurre en Italia, pero también aquí, en España. Y en todas las partes del mundo. En todos los continentes. Asesinatos y extorsiones. Conexiones impensables, círculos cerrados de poder, pero también abiertos a la captación de nuevos individuos. Muertes; por asfixia, por arma blanca, tiroteos en las caras, cráneos, por delante, por la espalda, cuerpos incendiados, putrefactos, cuerpos intoxicados y arrojados al vacío, o dejados como perros en mitad de vías desiertas, a veces superpobladas. Y nadie dice nada. No se puede. Es mejor callar que morir. Indignamente. Mujeres, niños, sacerdotes y todo aquél que se atreva a decir algo, que mire mal a alguien o que haga un comentario desafortunado en un momento inadecuado. Una cabeza de serpiente, un pez que se muerde la cola. Un mundo en el que se entra pero del que es imposible salir. Vivo. Fidelidades traicionadas, viejas y nuevas alianzas, cada día, escisiones, guerras abiertas, a la luz del día. La Camorra italiana. Un imperio económico, una estructura federal y flexible. La mayor organización criminal de Europa y la que más muertes ha causado. Mito y realidad.

El concepto de inocencia no existe en la Camorra, “apenas mueres en tierras de la Camorra, te ves rodeado de múltiples sospechas, y tu inocencia pasa a ser una hipótesis lejana, la última posible. Eres culpable hasta que se demuestre lo contrario, en la tierra de los clanes se invierte la teoría del derecho moderno”, dice Saviano en su libro. Es el mundo al revés. Donde los heridos no son atendidos y los muertos no se entierran. Donde el sujeto pierde el “yo” y pasa a ser un mote, la parte de algo, del clan. Viven en grupo, pero mueren solos. Ser un “boss” puede acabar contigo: “La vida de un boss es breve; el poder del clan, entre guerras internas, arrestos, matanzas y cadenas perpetuas, no puede durar mucho”. De hecho “(…) los boss no pueden ser eternos (…) la fuerza económica del sistema de la Camorra reside precisamente en el continuo recambio de líderes y de opciones criminales. La dictadura de un hombre en el clan es siempre breve; si el poder de un boss durara demasiado, (…) sería un obstáculo para los negocios”.

En GomorraRoberto Saviano acerca al lector a los movimientos de la mafia italiana. Describe la estructura de algunos de los clanes más importantes como el clan de los Di Lauro, los Casalesi, los Corleonesi o los Españoles. Sus puntos fuertes y sus puntos débiles. A qué se dedican y a qué no y quiénes son sus enemigos o sus aliados. Episodios espeluznantes como la resurrección de un toxicómano gracias a la orina de su novia, el asesinato del párroco Don Peppino Diana o las muertes colaterales de la guerra entre clanes son algunos de los puntos fuertes de esta investigación. El periodista no da demasiadas claves de cómo funciona el crimen organizado en la teoría, sino que aborda ejemplos prácticos para dar una idea del imperio económico que supone la Camorra ya no en Italia, sino en todos los rincones del mundo. Una jerarquía clásica, ligada por vínculos familiares más que por lazos de amistad. No existe la amistad en la mafia. Quizás el respeto, las treguas, los acuerdos, pero no la amistad, tampoco la simpatía. Reglas internas estrictas y una disciplina férrea. A los que no la siguen, como Giuseppe y Romeo, un caso de excrecencia microcriminal, se les elimina. Y ya está. La Camorra italiana responde a todas las condiciones para ser el caso más ejemplificativo de crimen organizado: estructura jerárquica, mecanismos de control y disciplina interna, empleo de la violencia y la intimidación, actividad internacional, reparto de tareas (no todos sirven para todo), permanencia temporal en el poder y sobre todo un fin, un único y último fin: el beneficio económico y comercial. Por encima de cualquier ideología.

Gomorra es un libro entretenido y de fácil lectura. Muchos nombres para recordar y una traducción poco acertada en algunos casos. Falta un hilo conductor que ligue los episodios. Y falta lo más importante, saber cómo Saviano ha conseguido toda esa información que se presenta en el libro. Como diría Arcadi Espada, se trata, en algunos momentos puntuales, de un periodismo de ficción, ya que hay detalles procedentes de la nada, simples suposiciones o datos deducidos a partir de una serie de premisas. Ya lo hizo Truman Capote en “A sangre fría”. Aplaudido, pero también criticado por los amantes del periodismo riguroso. Saviano reconoce en el último capítulo del libro no haber podido encontrar el organigrama económico de la Camorra. Quizá sea imposible, o quizá hagan falta años de investigación para llegar al origen. Todo se verá.

Alegría o como reinventar la magia

“Alegría es un estado de ánimo, un estado mental. Las fuentes de inspiración del espectáculo son múltiples. El poder y su transmisión a lo largo del tiempo, la evolución de las antiguas monarquías a las modernas democracias, la vejez, la juventud. Éste es el telón de fondo en el que los caracteres de Alegría desarrollan sus vidas. Es un universo habitado por el rey de los bobos, juglares, mendigos, viejos aristócratas, niños y payasos, los únicos personajes capaces de resistir los cambios de épocas y las transformaciones sociales correspondientes”.

                                                                                                           (Cirque du Soleil)

Supongo que si digo que hablar del Cirque du Soleil es hablar de magia caeré en el tópico. Pues señores, debo decirles que a estas alturas de la vida y tal como está el tema, caigamos en los tópicos, que ya está todo el pescado vendido. La Alegría volvió esta semana a Barcelona de la mano del circo menos circo de todos, el más famoso del mundo, el aclamado y por el único por el que la gente pagamos cantidades ingentes de un dinero que posiblemente no deberíamos gastar. Este circo que se reinventó y que lo continúa haciendo, este circo que con cada espectáculo consigue llenar, hacer reír, llorar de emoción y arrancar suspiros de sorpresa y miedo.

EL Cirque du Soleil se fundó en Canadá, concretamente en Québec, en 1984. Desde entonces, más de cien millones de espectadores de alrededor del mundo han disfrutado de sus inusuales espectáculos. Nació como algo informal, un grupo de amigos, un proyecto…Lo de siempre. Emprendedores con ganas de hacer algo diferente y, sobre todo, con mucha ilusión por innovar y ofrecer calidad, creatividad y emociones sensoriales. La ilusión de ofrecer un sueño artesano y las ganas de reescribir un capítulo en la historia de las artes circenses. El fundador fue Guy Laliberté, un artista de grupo de teatro Les Échassiers. Gracias a su espíritu emprendedor e inconformista, consiguió que el Cirque du Soleil alcanzara un puesto de honor en las artes escénicas del siglo XX. Alegría es un buen ejemplo de ello.

Y es que, a pesar de ser algo que se escapa de lo habitual circense, los grandes protagonistas del espectáculo continúan siendo los payasos, dos. Uno gordo y el otro flaco. Son los que conducen el espectáculo y los que abren y cierran una hora y media de diversión, peripecias, saltos, acrobacias, fuego, luces y colores. Una banda sonora inmejorable con un directo de primera. Calidad musical de composición, ejecución y proyección, importante para melómanos como una servidora.

¿Lo negativo? Lo de siempre: la mala organización y cositas del montaje, como localidades vendidas en lugares donde había tensores y los típicos ciudadanos de esos que llegan tarde a todas partes y que deberían ser considerados cosas y no personas (hasta cuatro veces tuve que llamar la atención a gente que había llegado tarde, que no encontraba los asientos y que se quedaba en medio una vez empezado el espectáculo). Palomitas y Solán de Cabras dentro, pero claro, botellas de más de medio litro de agua traídas de casa, a la basura. No informaron de la pausa, ni los circenses ni la organización. Supongo que lo dedujimos cuando todo el mundo desapareció del escenario y unos grandes y potentes focos quemaron nuestras retinas. ¿Tiempo de pausa? La pitonisa Lola lo debía saber, no el público. Gente comprando víveres o haciendo de lo suyo en los baños cuando el espectáculo se reinició. Pero vamos, aparte de todo esto, todo bien, todos contentos y con una sonrisa de oreja a oreja. Todos preparados para llegar esta semana al trabajo y poder decir: “pues mi hija me regaló unas entradas al Cirque du Soleil” y quedar como un señor/a.

cirque du soleil

Algunos datos de interés

  • En 1984 trabajaban en el Cirque du Soleil 74 personas. Ahora lo hacen 5000, de las cuales 1300 son artistas.
  • Desde 1992, el Cirque du Soleil no ha recibido ninguna subvención, ni pública ni privada.
  • En la sede de Montreal, trabajan día a día más de 2000 personas.
  • El Cirque du Soleil cuenta con integrantes de más de 50 nacionalidades distintas y en él se hablan hasta 25 idiomas diferentes.